Lo bonito de ir a las ciudades es que conoces cada vez más gente...después de 10 días de desenfreno de pólvora, color, familia, monumentos, mojitos, fiestas, ron, verbenas, amigos, momentos, churros con chocolate, luces, muchedumbre, gintónic, canturreos hasta llegar a la afonía, risas he vuelto a la gran manzana española. Nunca pensé que 10 días dieran para tanto.
Hoy cojo fuerzas para seguir con mi rutina, a la que le tengo un amor-odio considerable. Mientras tanto aún oígo un eco lejano del himno verbenero de estas fallas 2010.
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